domingo, 17 de mayo de 2009

Del lector al hiperlector: riesgos promisorios

Walter Ong en Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra[1] recupera del Fedro de Platón la opinión que tiene Sócrates sobre la escritura: es inhumana , un producto manufacturado, destruye la memoria, debilita el pensamiento. Ong sostiene que estas mismas objeciones se le realizan a las computadoras (así como la imprenta recibiera en sus orígenes similares acusaciones). “La tecnología, la imprenta y la computadora son tecnologías palabra” dice Ong y las tecnologías no sólo son “recursos externos sino transformaciones interiores de la conciencia”. Cuando se adapta o interioriza una tecnología a uno mismo de tal forma que se convierte en una segunda naturaleza ( el autor proporciona el ejemplo de la orquesta)difícilmente sea “una adaptación deshumanizadora”.

Con la hiperlectura estamos transitado debates análogos: el pasaje de una lectura lineal a una fragmentaria, de la lectura intensiva y continuada a la extensiva y selectiva suscita posturas promisorias y apocalípticas.

Quizás estamos soslayando en estas yermas diatribas lo sustancial: leer es un acto de libertad. Uno lee cuando desea, cómo desea, lo que desea, mientras desea. Uno elige leer libros enteros o fragmentados, textos literarios o informativos, en papel , en la web o en e-book, saltando de rama en rama o siguiendo progresivamente la continuidad de las página. Daniel Pennac en su libro Como una novela enuncia un decálogo de los derechos que la escuela y los adultos deberían reconocer a los jóvenes[2] :

1. El derecho a no leer
2. El derecho a saltearse páginas
3. El derecho a no terminar un libro
4. El derecho a releer
5. El derecho a leer cualquier cosa
6. El derecho al bobarismo
7. El derecho a leer en cualquier lado
8. El derecho a rebuscar
9. El derecho a leer en voz alta
10. El derecho a callar


Considero que ninguno de estos derechos fundados en la libertad inalienable de todo lector son vulnerados por el avance de los hipertextos y las nuevas tecnologías, inclusive quizás los fortalezcan. Tal como sostiene Christian Vandendorpe[3]:



…vamos hacia una hibridación y una diversificación de los soportes de  lectura, al mismo tiempo que de los géneros de textos y los tipos de lectura. El nuevo medio que es el hipertexto se caracteriza sobre todo por la riqueza de su potencial de interactividad y los bruscos cambios de contexto a que obliga a menudo el lector.
Pero estas posibilidades pueden resultar riesgosas si desde la educación no fortalecemos el desarrollo de usuarios críticos o hiperlectores. Al respecto Burbules, Nicholas y Callister [4]afirman:

El hipertexto brinda posibilidades completamente nuevas en el campo de la educación. Si los profesores desean intervenir en el modelado de estas
posibilidades e influir en ellas de manera progresiva, deberán cultivar
nuevas destrezas relacionadas con el diseño e interpretación de la información.
Será necesario que tomen la delantera y ayuden a otros a adquirir tales
habilidades.

[1] Ong, Walter. Oralidad y escritura Tecnologías de la palabra. (1982). Fondo de Cultura Económica.[2] Debo a Christian Vandendorpe el hallazgo de esta cita en su libro Del papiro al Hipertexto. Ensayo sobre las mutaciones del texto y la lectura(2002)[3] Vandendorpe, Christian (2002). Del papiro al Hipertexto. Ensayo sobre las mutaciones del texto y la lectura.[4] Burbules, Nicholas y Callister [4], Th. (2001) Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información. Cap 3.

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