Daniel Pennac en su obra"Como una novela" también se refiere al acto de leer como un acto de libertad. Aporta un argumento vital: la libertad de escribir no puede ir acompañada del deber de leer, el dogma de leer. De tal manera quien decide no leer no por ello debe ser prejuzgado como un “bruto” o un “cretino”, afirma. La lectura no puede ser una obligación moral porque “el verbo leer no soporta el imperativo. El desafío como educadores es enseñar a los alumnos a leer, iniciarlos en la Literatura, y dejarlos libres para elegir si sienten o no la “necesidad de los libros”. Porque sino estamos generando otra exclusión mayor que la de los libros. El autor reacciona contra prácticas escolares eficientes pero que cristalizan la posibilidad de que el alumno se vincule con la lectura desde otras inquietudes y motivaciones, se opone al análisis de textos literarios como mera identificación y aplicación de conceptos, sin darle la posibilidad al alumno de relacionar el texto con mayor libertad vinculándolo a otras experiencias e interpretaciones. Recupera le lectura en voz alta como estrategia para seducir lectores. Habla del apetito de lector, de estimular el placer de leer, de imaginar, porque “la lectura es un acto de creación permanente”. Es un acto gratuito e íntimo. Leer, dice, tiene algo de acto subversivo .
“Hay una dimensión de transgresión en la lectura” agrega la autora Michele Pétit en "El arte de la lectura en tiempos de crisis". Al igual que Pennac la autora hace referencia a la escuela como una institución que diseca los libros y disuade el gusto por la lectura: “los educadores no siempre han logrado comunicar que leer no era necesariamente someterse a un sentido impuesto”.
Fuentes:
MONTES, GRACIELA: “Mover la historia: lectura, sentido y sociedad” (Conferencia de 2001).
PENNAC, DANIEL (2005), "Como una novela", Buenos Aires, Norma.
PETIT, MICHÈLE (2009). "El arte de la lectura en tiempos de crisis ", México DF-Barcelona, Océano-Travesía
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